sábado, 4 de junio de 2011

X-Men: First Class, genial reencuentro con la saga mutante


Tras el fracaso de crítica que supusieron X-Men 3 (algo injustamente a pesar de ser la más floja de las tres) y su (infumable) spin off Lobezno, la idea de retomar la saga de los mutantes más famosos de la Marvel se antojaba difícil y caprichosa, sin embargo con la vuelta de Bryan Singer (finalmente como productor) y el fichaje de un director importante como Mathew Vaughn la cosa tornó en algo cuanto menos prometedor. Y así tras unos primeros trailers que auguraban lo mejor podemos decir que Vaughn y Singer han traído la franquicia de vuelta ofreciendo un filme a la altura, si es que no las supera, de las dos primeras películas de Singer.

En primer lugar se agradece haber tenido tan en cuenta a la anterior trilogía y el hecho de que todo lo ocurrido en ellas concuerde, mención especial a los cameos y guiños que nos iremos encontrado. Por eso el inicio en el campo de concentración nazi donde un joven Erik descubrirá sus poderes y que remite al primer X-Men es tan coherente como potente, un inicio brutal que pone el listón muy alto para lo que viene después.

Sin embargo la historia (a pesar de que también tiene bajadas de ritmo importante) continúa de una gran forma viendo como Erik continúa su venganza. Y es aquí donde encontramos uno de los, pocos, problemas de la película, las historias de Erik y Charles son muy desequilibradas dejando los mejores momentos para el futuro Magneto que siempre se nos presenta en escenas muy intensas para luego ofrecernos los inicios del profesor X que quedan un poco desdibujados por la fuerte presencia de las otras historias.

Una vez se unen las dos narraciones, la película se convierte en una casi-película de espías de los sesenta, con una cuidadísima ambientación y con una utlización genial del contexto histórico en la que se desarrolla. Y es que toda la parte de la crisis de los misiles re-visitada con la presencia de los mutantes es claramente un gran acierto que consigue una parte final emocionantísima, de lo mejor de la saga.

Entre las cosas malas que hay que destacar es ese toque (coherente quizás con el look sesentero, pero finalmente fallido) cuasi paródico del diseño de los malvados en su primera parte que remiten demasiado a los villanos más imposibles de los filmes de Bond y que hace que la película no encuentre su verdadero tono (o al menos el que a mí me parece más interesante) hasta la parte final.

Mención especial merecen los dos e increíbles protagonistas de X-Men First Class, y que no recurren a la copia de los actores que ya interpretaron anteriormente sus personajes. James Mcavoy consigue un Charles humano y empático con el espectador pero la película ES de Michael Fassbender, uno de los actores más prometedores de la actualidad y que construye un Magneto perfecto que logra con su mirada que todos comprendan su dolor, su ira y sus ganas de venganza, si las películas de superhéroes no estuvieran tan, a veces, menospreciadas desde aquí me atrevo a decir que Michael Fassbender debería, al menos, estar en las quinielas para los premios importantes de este año. Y es que yo desde X-Men First Class lo tengo claro, yo me hubiera ido con Fassbender, digo, con Magneto.

2 comentarios:

Miguel R. dijo...

Por fin un post nuevo! Y qué mejor que sobre esta peli. Pues ya van 2 opiniones a favor de un film del que yo no me esperaba mucho, a pesar del reparto... Así que decidido ¡¡A verla!!

Sergio dijo...

Estoy bastante de acuerdo con su critica, únicamente discrepo en lo de que concuerda perfectamente con las anteriores. Como argumentación doy dos ejemplos, la relación entre Mística y el profesor (¿dónde está ese cariño por haber pasado la infancia juntos cuidándose mutuamente cuando no cruzan palabra durante todas las películas anteriores, e incluso ella trata de matarle en la primera?) y por supuesto el accidente que obliga a pasar al profesor toda su vida en silla de ruedas, cuando en la tercera película entra andando junto a Magneto en la casa de Jean Grey resultando espectacularmente eliminado por ella.

A pesar de esta discrepancia felicito a J.Z. por su crítica.

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