miércoles, 8 de febrero de 2012

Críticas de Oscar: The Artist


Crowd Pleaser: película hecha con el objetivo claro y evidente de agradar al gran público. Logrando que muy pocas personas encuentren algo negativo que decir sobre dicho filme.

Feeling Good movie: dícese del filme del que al terminar la proyección sales con una gran sonrisa de oreja a oreja y unas tremendas ganas de vivir.

Crowd Pleaser + Feeling good movie = Oscar

Formula matemática que no suele fallar, El Discurso del rey o Slumdog Millionaire los últimos ejemplos, pero esto siempre ha ocurrido, también películas (de calidad más discutida) que han seguido estas pautas como Rocky o Paseando a Miss Daisy consiguieron la preciada estatuilla pasando por encima de muy potentes competidores.

Y es que The Artist, y así lo han dejado claro en su promoción los todopoderosos hermanos Weinstein, sigue a la perfección esta ecuación. ¿Esto es malo? No, para nada, pero eso la aleja de proyectos más arriesgados o personales que tienen más difícil llegar al gran número de votantes posibles.

The Artist nace de una idea genial, rodar un homenaje al cine clásico de los años 20 de Hollywood como se hacían antes: mudo, en blanco y negro, con intertítulos y con una banda sonora omnipresente que parece salida de una pianola en directo. Y de este genial punto de partida tira hasta conseguir una hora y media de metraje con una historia que toma como contexto histórico la transición del mudo al sonoro para contarnos una tópica historia de amor y redención.

No se le puede poner a The Artist un pero. Consigue lo que se propone, gustar al público, conmover a la gente, conseguir que todos salgamos bailando de la sala y encima sin palabras. Sólo por eso se merece una ovación sonora. Eso sí, nadie podrá negar que lo consigue calcando (muy bien) los clásico en los que se sustenta y contando con un argumento más bien nimio.

Sin embargo estas son cosas que piensas cuando estás lejos del hechizo del filme, dentro de la sala sólo puedes disfrutar y disfrutar, una gozada. Y lo haces porque a pesar de sus puntos débiles es un sincero homenaje a lo que tanto amamos, interpretado por dos actores en estado de gracia y que desprenden un encanto a raudales y con una dirección elegante, muy medida y que consigue grandes momentos como esa pesadilla sonora o el mágico final. Una dirección que hace de la ausencia de sonido un plus jugando con ella de forma muy inteligente (la escena inicial en la que no sabemos la reacción del público hasta que vemos lacara de Jean Dujardin).

Es un mérito sacar adelante una película como The Artist, un filme que he disfrutado muchísimo las dos veces que la he visto y por la que me alegro del reconocimiento internacional que ha conseguido en forma de nominaciones. Unas nominaciones que a pesar de todo espero que no se materialicen (aunque esté difícil) en Oscars debido a que otros filmes como Tree of life o The Descendants consiguen ir un paso más allá y arriesgarse a fallar en vez de aplicar una perfecta y encantadora fórmula matemática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario