Finalmente el reencuentro de Almodóvar con la academia de cine española se quedó en algo agridulce. Tras lograr hace una semana el BAFTA a la mejor película extranjera, La piel que habito tuvo que ver como en los Goya su cinta iba perdiendo premios y premios, a pesar de lograr un total de cuatro estatuillas. Sin embargo estas estatuillas fueron en su mitad a manos de los actores, una Elena Anaya que iba impresionante (a pesar del colgante águila) y emocionó con su discurso, y un Jan Cornet que rompió muchas quinielas al arrebatarle el premio a José Mota. También Alberto Iglesias volvió a vencer, así como el tremendo maquillaje del filme. Sin embargo la mayor sorpresa llegó en la categoría de guión adaptado donde Pedro era sin duda el favorito, pero fue Arrugas, la adaptación del cómic de Paco Roca, la que se levó al gato al agua y volvió a dejar a Almodovar sin el premio al guión que se le resiste desde Mujeres al borde de un ataque de nervios.
Las cosas como son, estaba claro que No habrá paz para los malvados iba a arrasar, y sinceramente considero que más que por el filme en sí, por el reconocimiento a Enrique Urbizu, una voz diferente en nuestro cine, alguien que sigue apostando por un cine negro español, algo muy difícil y que encima esta vez ha regalado a Coronado el mejor papel de su carrera (merecidísimo Goya) y ha conseguido conectar con el público. Nada que objetar. Sin embargo el reconocimiento a La piel que habito se me antoja escaso para un filme arriesgado, diferente y conducido con mano maestra por Almodóvar. Las nominaciones finalmente fueron su premio y nadie duda que Pedro volverá a ganar algún día.
El resto de Goyas fueron muy repartidos. Eva y Blackthorn consiguieron llevarse a casa tres premios cada una, la mayoría técnicos para la primera, y Kike Maillo (discurso hiper preparado), efectos especales y Lluis Homar y como actor de reparto para la segunda. Homar tuvo el detalle de acordarse en su discurso de No tengas miedo de Montxo Armendariz, una de las olvidadas en las nominaciones y cuya su única nominación de la noche, Michele Jenner como actriz revelación (para mí la más guapa de la noche) fue a parar a la favorítisima María León que lograba uno de los tres premios que consiguió La Voz Dormida (junto al de actriz secundaria para Ana Wagener y mejor canción original).
De la gala que decir, a mí me pareció más que correcta. Eva Hache estuvo divertida, con muy buenas ideas y momentos muy brillantes (los fragmentos de No habrá paz... y Blackthorn con ella de protagonistas especialmente) aunque se esperó un poco más de mala leche, algo que se palió con la salida al escenario del torrente (nunca mejor dicho) Santiago Segura que repartió mucha ironía en el mejor speech de la noche. Ya se le quiere como presentador de la gala. Y por cierto que se hagan mirar lo de la seguridad, en serio, no es normal que dos espontáneos consigan colarse, igual que pasó el año anterior.
Y esto ha sido todo en los premios del cine español. Un año previsible, con muchas olvidadas y pocas agraciadas. Esperemos que el año que viene, esa variedad del cine español de la que tanto se habla (y que es cierto que la hay) se haga patente desde el anuncio de las candidaturas.
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