sábado, 17 de septiembre de 2011

San Sebastián: Día 1. Vida y muerte de la mano de Terrence Malick y un inmenso Coronado

Comienza el festival y lo hace ( a falta de ver esta noche Intruders) con una película española, tan española que la protagoniza José Coronado, y tan completamente distinta a lo que suele ofrecernos nuestra cinematografía que no parece de aquí.

Se trata de No habrá paz para los malvados, una apuesta de Enrique Urbizu por el cine negro que sigue las peripecias de un policía borracho y amoral que borda (nunca pensé volver a pensar esto pero Urbizu saca lo mejor de él) José Coronado. Un personaje que parece sacado, en formas y aspecto, de un western como nos deja claro las primeras escenas del filme.

Una película que se arriesga a ofrecernos un género poco tratado y que nunca te deja respirar pero que sin embargo nunca consigue apasionarte, entre otras cosas por lo irregular del reparto, o quizás del resto de personajes, ya que cada vez que el imponente Santos Trinidad abandona la escena, la obra cae muchos enteros y pierde credibilidad por momentos. El suspense tarda mucho en conseguir engancharte e involucrarte y alguna decisión de estilo resulta un poco incoherente pero sin duda este filme es merecedor de pagar una entrada por él, y por (de nuevo nunca pensé que diría esto) por José Coronado, desde ya candidato a la Concha de Plata.

Si Urbizu nos regala una película negra hasta sus entrañas, Terrence Malick nos ofrece con Tree of Life un filme luminoso donde los haya, luminoso, arriesgado y dispuesto a provocar mil discusiones en las salas de cine. Y es que, ¿se puede hacer una película sobre la vida?, así como suena, sobre todas esas preguntas que nos hacemos, sobre el amor, sobre la muerte y todo en dos horas y veinte minutos. Malick lo intenta y si bien en momentos su filme es recargado y muy pretencioso, en otros hacía mucho que no conseguía emocionarme así en una sala, y lo hace con una película sin estructura, clara, algo así como un ensayo clamado al cielo (¿a dios?) basado en los recuerdos del personaje de Sean Penn.

Así las dudas y recuerdos se irán trenzando en el filme con imágenes de la creación del mundo, de su vida, de su muerte y todo con un excelente uso de la música clásica. ¿Y cuenta una historia? pues lo hace pero como excusa para reflexionar sobre todo lo anterior y sobre más cosas como la familia, el amor y el odio... suena atronador pero sin saber cómo a veces Mallick lo consigue, y en ese momento ves poesía pura en una pantalla. Una lástima que quizás ese exceso de pretensiones lo lleve a momentos un tanto rodículos que logran destruír un poco la gran emoción sentida hasta ese momento.

Eso sí nunca recomenden Tree of Life a alguien que no sepa a lo que se enfrenta o sufrirán sus iras divinas (nunca mejor dicho), avisadoos quedáis.

Desde Donostia esto es todo por hoy, mañana las películas Kim Ki Duk y Glen Close.

P.D 1: Si Emanuel Lubezsky no gana el Oscar este año por la fotografía de Tree of Life no entiendo nada.

1 comentario:

bolboreta dijo...

Tengo muchísimas ganas de ver la película de Malick, especialmente después de leer tanta crítica desfavorable.

Cuánta fortuna el poder ver cine en Donosti. A ver si otro año nos volvemos a ver por allí..

¡Abrazo!

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