Pongamos por delante que creo que Pilar López de Ayala es, actualmente, una de las mejores actrices del cine español, capaz de arriesgar en productos minoritarios (trabajar con Guerín y Oliveira) y pasar a taquillazos (Intruders) sin perder un ápice de su personalidad y estando siempre prefecta en sus papeles.
Así que comenzar la Seminci con una película en la que ella vuelve a estar espléndida y con un acento argentino que parece nacida en el mismo Buenos Aires es algo maravilloso. Y es que además Medianeras (que así se titula la película) no se queda ahí. De una forma fresca, moderna (que no efectista), original y tremendamente encantadora la obra (ópera prima de su director) nos cuentan qué ocurre antes de que dos personas que parecen destinadas el uno para el otro se encuentren. Cruces fortuitos, percances que evitan su reunión... cantidad de excusas que son también utilizadas por el realizador para ir un poquito más lejos y criticar temas como las relaciones personales (o mejor cibernéticas) en la actualidad o el problema de la vivienda, siempre desde el punto de vista de dos seres tremendamente solos y maniáticos. Una muy interesante propuesta que se queda estancada tras su brillante comienzo pero que vuelve a remontar el vuelo para dejar una sonrisa en la boca a golpe de Ain't no mountain high enough.
La otra película española del día (Medianeras la produce el incombustible Lluis Miñarro) El Perfecto Desconocido no tuvo tan buena recepcción, y no es de extrañar. Una obra que nunca consigue encontrar su ritmo, ni su tono (es comedia, es drama.... en ningúno de ellos convence), y que se pierde en su mosaico de historias rurales (algunas bastante trilladas) en las que no terminar de cuajar ninguna. Ni las gotas de humor del personaje de la siempre genial Ana Wagener son suficientes para levantar esta obra. Una lástima pues se esperaba mucho del debut en el largo de Toni Bestard.
La tercera película del día es la seleccionada por Canadá para acudir a los Oscars, Monsieur Lazhar. Su acogida no ha podido ser mejor, una gran ovación (más intensa en el pase del público que en el de prensa) para un filme destinado a gustar que cuenta la historia de un profesor que acude a un instituto para sustituir al anterior maestro, muerto en circunstancias bastante trágicas. La historia transcurre siempre en un tono amable, agradable y a veces naif que hace que muchas veces nos acordemos de ese peliculón que era La Clase para recordarnos lo que es transmitir verdad y no doctrina de manual en un filme "escolar". Sin embargo el filme de Philippe Falardeu da un salto mortal en su última media hora y saca a relucir temas realmente interesantes que hasta ese momento no se había atrevido a mostrar, como la forma en que los alumnos se enfrentan a la muerte, a la culpa o la pérdida. Un último tramo de filme muy bueno que culmina con una fábula que llega al corazón del espectador. Podríamos estar ante un buen candidato a premio del público.
Mañana día presuntamente grande, desde América hablan maravillas de In Darkness de Agnieszka Holland, y los Dardenne pisan Valladolid tras triunfar en Cannes. Seguiremos informando.
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