Incendies: la manera más perfecta de contar una historia

Ya van siendo pocos los post que nos quedan por públicar de esta 55ª edición de la Seminci y la crítica que nos ocupa era uno de ellos, y cómo me alegro de haber sido yo el encargado de hablaros de Incendies, una de las películas más relevantes del festival. Digo que me alegro porque no es que esta sea de lejos la mejor película que he visto en esta edición de la Seminci, sino que es una de las mejores películas que he visto en mucho, muchísimo tiempo.

La película nos sitúa en el Líbano durante dos periodos temporales, uno de ellos en la actualidad y otro de ellos que se desarrolla a finales de los años 70, en el periodo en el que la guerra asoló el país.

Sin duda ese es uno de los mayores aciertos de la película porque es capaz de llevarnos de la mano de Nawal Marwan, protagonista absoluta de la película, por un relato en el que se nos muestra el fanatismo y la violencia que envolvía aquella época durante la guerra. Y lo hace no sólo abriendo una ventana al espectador a ese periodo tan terrorífico como real, sino que lo hace tejiendo las historias de la hija de Nawal en el presente y de la propia Nawal en el pasado de una manera tan maravillosamente entretenida que dispara al instante el nivel de interés del espectador, siendo este sin duda uno de los fallos que poseían una gran parte de las películas proyectadas en el festival: la falta absoluta de ritmo.

Incendies no se limita a narrar al espectador la historia de Nawal Marwan y sus hijos, Inciendies juega con el espectador introduciéndole en una espiral de historias y misterios, de cabos sueltos que no se cierran, de escenas que a priori no dicen nada...pero que a lo largo del metraje uno contempla como todos los nexos posibles se van uniendo, como una escena adquiere un nuevo sentido que tumba al espectador y como absolutamente todos los interrogantes que se plantean encajan con una maestría que pocas veces se ha podido ver.

Una lección magistral de cómo se ha de contar una historia. Un 10 para Incendies. Nada más que añadir.